Comenzamos la cuenta atrás: apenas si quedan unas horas para que Vitoria-Gasteiz viva uno de esos días que se marcan en rojo en el calendario; «El día del Blusa y la Neska» -Festividad de Santiago-.

Collares de ajos, la feria y las cuadrillas de blusas y neskas  inundan las calles de Vitoria. ¿Los protagonistas? La alegría, el desenfado y la música que convierten a esta ciudad en un lugar más alegre y colorista.

Según se cuenta, fue en 1926 cuando un grupo de amigos se dirigía a la plaza de toros portando las blusas del trabajo. En el trayecto hacia el coso, saltaron delante de la banda de música y fueron bailando abriéndole paso, demostrando su alegría. Así nació la fiesta del Blusa, el día de Santiago.

Se trata pues de una tradición relativamente reciente, pero ha calado hondo entre los alaveses.

El traje de blusa y neska

Para salir de fiesta en Vitoria-Gasteiz el día 25 de julio se saca del armario el «uniforme de faena» que nuestros abuelos utilizaban para ir a trabajar. La idea inicial  parece que fue que con la fiesta y el vino se ensuciaban la camisa blanca «de fiesta»,  y así, para cubrirse y no manchar la camisa, los jóvenes comenzaron a utilizar para ir a los toros, blusas de trabajo -luego, a la salida, se las quitaban y ya iban al baile con la camisa limpia-.

Las neskas se incorporaron más tarde como protagonistas a esta fiesta, y también sus trajes. Parece que fue en 1967 cuando se empezaron a ver los primeros trajes de neska en fiestas de  La Blanca, cuando los promotores de los festejos decidieron que «las manolas» -las presidentas de las becerradas que solían acudir a la plaza de toros en un coche descapotable- dejaran de vestir con peineta y mantilla y se vistieran de caseras.