octubre 12, 2024

Carnavales rurales en Álava

LOS CARNAVALES RURALES EN ÁLAVA

El carnaval rural tiene poco que ver con el que modernamente se celebra y en el que los participantes se limitan a disfrazarse.

Relacionado con la Edad Media, el carnaval rural es hijo del cristianismo, aunque en él perviven numerosos elementos paganos. Se establece previamente a la Cuaresma, los cuarenta días que preceden a la Semana Santa, como un periodo de relajación previo a sus rigores y penitencias.

Pero el carnaval rural es mucho más que una fiesta popular pagana. Simboliza el final de un ciclo y el comienzo de otro.

Tiempo atrás, antes de la Guerra Civil, la mayoría de los pueblos alaveses gozaban de un festejo carnavalesco. No era un espectáculo para ser contemplado, sino para ser vivido. El carnaval es época de alegría y confusión con algo de transgresión. Si toda fiesta que se precie es del pueblo, el carnaval era la fiesta de la gente del pueblo en la calle, la liberación y la locura colectiva.

Tras un tiempo prohibición y olvido estas fiestas han resurgido con la fuerza en nuestro territorio. Y aunque aún son pocos los carnavales rurales en Araba se mantienen vivos entre otros en Zalduondo, Santa Cruz de Campezo, Salcedo, en el valle de Kuartango y en Asparrena.

A lo largo de este mes de febrero en diferentes lugares de Álava tendrán lugar estos “Carnavales Rurales”, que darán inicio en Kuartango y en  Aspárrena (Ilarduia,-Egino-Andoin) el próximo sábado 3 de febrero y que recuperan una de las tradiciones alavesas más pintoresca y con más calado en la vida de nuestros pueblos.

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Conoce nuestros carnavales rurales y sus personajes: Markitos (Zalduendo), Hombre de Paja (Ilarduia-Egino-Andoin), Porretero (Salcedo), Toribio (Santa Cruz de Campezo) todos ellos culpables de los males acaecidos durante el año. También te encontrarás con la Vieja, el Oso, los porreros, caldereros, katzirulos

LOS CARNAVALES RURALES DE ÁLAVA en el 2018

Localidad Fecha
Kuartango Día 3 de febrero de 2018, a las 19:00h
Ilarduia/Egino/Andoin Día 3 de febrero de 2018, a las 16:00h
Zalduondo Día 11 de febrero de 2018, a las 13:00h – 17:00h
Agurain Días 9 y 10 de febrero de 2018
Kanpezu Día 13 de febrero de 2018, a las 19:00h
Salcedo Día 17 de febrero de 2018, a las 19:30h

COSAS CURIOSAS DE LOS CARNAVALES RURALES DE ÁLAVA

 

Personajes

Con frecuencia nos encontramos a un personaje principal: Markitos (Zalduondo), Hombre de Paja (Ilarduia-Egino-Andoin), Porretero (Salcedo), Toribio (Santa Cruz de Campezo), etc. al que acusan de todos los males acaecidos en la población a lo largo del año, ejecutándolo por ello.

También vemos a otros personajes habituales; uno de ellos es la Vieja. En algunos lugares era ella la protagonista de la fiesta a la que se le quemaba.
El Oso es bastante habitual en el Carnaval Rural de Álava. Se conserva en Kuartango y Zalduondo; antaño también salía, al menos, en el Carnaval de Ullíbarri-Arana, Ametzaga Asparrena, Araia, Aramaio, Salinas de Añana, Andoin y Fresneda. Era costumbre que dos jóvenes hicieran de bueyes, para arrastrar un carro en el que transportaban las aulagas para el fuego de la plaza.
En diversos lugares, tres jóvenes representaban a la autoridad local. Salían disfrazados con sus peculiares capas y marchaban al final de la comitiva carnavalesca.

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– Vestimenta para los Carnavales Rurales Alavés

En general, los jóvenes no compraban nada (excepto, en algún caso, las caretas); todos los materiales los conseguían de los desvanes, cuadras y cabañas de su propia casa. Utilizaban vestidos viejos, sacos, pieles, sobrecamas, capotes de los pastores. Los más valientes desafiaban el frío, saliendo desnudos de cintura para arriba, pintados de negro. No era extraño usar elementos vegetales para ocultar la identidad: hojas y pelo de maíz, hiedras.

En la cabeza portaban gorros de paja o de lana, pasamontañas. El rostro lo encubrían con máscaras, mantillas, medias, huesos, nabos, cintas; también con pintura negra o roja. Era fundamental que nadie les reconociese.
En las manos llevaban diversos elementos: vejigas de cerdo hinchadas (“putxikas”), palos largos, horquijas/sardas, trallas de gatos o yeguas, escobas, mimbres, hisopos de crin de yegua, porras de pastor, varas de avellano. Con ello perseguían a los niños de la localidad, los cuales podían refugiarse en el pórtico de la iglesia, lugar inviolable por los disfrazados.

Era común que portasen diversos instrumentos con los que producir un fuerte ruido: carracas, matracas, almireces, cascabeles. También emitían “irrintzis” u otros gritos.

A los jóvenes les gustaba imitar los diversos oficios de su entorno y se disfrazaban de pastor, herrero, quincallero, hojalatero, cura, barrendero.
Para evitar ser reconocidos, disimulaban su identidad con defectos físicos: cojera, chepa, barriga enorme. Algunos eran enanos o gigantes.

Para recoger la comida llevaban cestos con paja para los huevos, cazuelas, cestas, alforjas.

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– Los Carnavales Rurales Tiempo de transgresión

Carnaval ha sido el tiempo de la transgresión. Se manifestaba, por ejemplo, en el robo. Los jóvenes, además de lo que les daban las mujeres de la localidad, se apoderaban de todo lo que encontraban a su paso: gallinas, conejos, huevos, cazuelas con comida, etc. Compartir estas aventuras en las tertulias se convertía en un momento de gran deleite para ellos.

Al paso de la comitiva carnavalesca, los disfrazados podían arrojar o manchar con diversos elementos: ceniza, harina, agua… Incluso la basura fue muy utilizada en estas lides. Acudir a este festejo con un destacado y buen vestido invitaba a ser el centro de las miradas de los disfrazados —y no era precisamente para bien—.

Las escenas jocosas se repetían de una u otra manera. En muchos casos representaban a situaciones reales: un embarazo problemático, una relación no aceptada (un viejo casado con una joven), un defecto conocido (bebedor, usurero), un enfrentamiento entre vecinos, etc. Todos reían… menos los afectados.

Eran muy habituales las bromas juveniles (esconder un apero de labranza, etc).
Durante varios días no faltaban la comida ni la bebida. La música animaba los pasacalles y las tertulias. Se dormía poco y, normalmente, en los parajes.

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Más sobre los «Carnavales Rurales de Álava». El Palacio de Lazarraga en Zalduondo recoge una exposición muy interesante sobre los mismos.

(Fotografia DFA. publicada en El Correo de Álava)

El Palacio de Lazarraga de Zalduondo recoge la exposición  acerca de los carnavales rurales alaveses, con especial atención a los de Zalduondo, Asparrena, Kuartango, Santa Cruz de Campezo y Salcedo. Estos cinco son sólo una muestra de los 126 carnavales rurales que se organizan en el Territorio y que en 2015 fueron la primera manifestación cultural inmaterial registrada y catalogada por el Gobierno vasco.

El centro de Zalduondo permite al usuario seguir su historia a través de unos paneles, ver su celebración con diversos audiovisuales y ser testigo en primera persona de los disfraces vestidos por maniquíes que los reproducen hasta el más mínimo detalle.

El palacio de Lazarraga es ahora un relato de la historia y de las tradiciones alavesas a través de las paredes.

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